La Iglesia de Cristo, aceptando la Biblia como único credo, anuncia que para salvarse toda persona tiene que creer, arrepentirse, confesar que Cristo es el hijo de Dios, bautizarse para perdón de pecados y perseverar hasta el fin.
Las Escrituras dicen: "El que creyere y fuere bautizado será salvo" (Marcos 16:16). "Arrepentíos, y bautícese... para perdón de pecados" (Hechos 2:38). "Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida" (Apocalipsis 2:10).
Se hace énfasis en la gracia y el amor de Dios, en el sacrificio de Cristo y en la necesidad de aprender y obedecer el hombre la sana doctrina de Cristo (Tito 2:1; 1 Timoteo 4:16, de vivir él en santidad (Hebreos 12:14) y de llevar mucho fruto para la gloria de Dios (Juan 15:1-8).