La música puede enriquecer tu vida. Te puede edificar e inspirar, y ayudarte a acercarte a tu Padre Celestial. La música tiene una profunda influencia en tu mente, tu espíritu y tu comportamiento.
Elige con cuidado la música que escuches; presta atención a lo que sientas cuando la estés escuchando. Cierta música tiene mensajes malos y destructivos. No escuches música que fomente la inmoralidad o ensalce la violencia, ya sea por medio de su letra, su ritmo o intensidad. No escuches música que utilice lenguaje grosero u ofensivo ni que promueva prácticas perversas. Esa clase de música puede entorpecer tu sensibilidad espiritual.
Aprende los himnos y cántalos. Los himnos pueden elevar tu espíritu, llevarte a realizar acciones correctas y ayudarte a resistir las tentaciones del adversario.